Escuela Mahatma Gandhi

La Escuela Mahatma Gandhi, ubicada en la calle Marqués de Loreto 2379 en Castelar, se presenta como una opción educativa que genera opiniones notablemente polarizadas. Fundada en el año 2001, esta institución privada y laica abarca los niveles inicial, primario y secundario, operando en una jornada completa opcional de 8:00 a 16:00 horas. Su propuesta pedagógica se aleja de lo convencional, fundamentándose en el programa "Educare" de Educación en Valores Humanos, inspirado por el maestro espiritual Sathya Sai Baba. Este enfoque busca, según la propia institución, manifestar valores como la Verdad, la Rectitud, la Paz, el Amor y la No Violencia. Sin embargo, la experiencia de las familias que han pasado por sus aulas revela una dualidad marcada, donde conviven el más alto elogio y la crítica más severa.

Una Propuesta Centrada en Valores y Excelencia Académica

Quienes defienden el proyecto de la Escuela Mahatma Gandhi destacan una formación integral que va más allá de lo puramente académico. Padres de egresados la describen como una "excelente escuela" que forma "líderes de paz" a través de una educación enmarcada en sólidos valores humanos. Esta visión positiva se ve reforzada por comentarios que alaban la cercanía de la institución con los estudiantes y el apoyo constante que brinda a los padres, fomentando lo que denominan "vínculos sanos". La infraestructura acompaña esta filosofía, con instalaciones que incluyen biblioteca, laboratorio de ciencias, sala de informática, un Salón de Usos Múltiples (SUM) e incluso una sala de silencio para meditación, diseñada bajo principios de Feng Shui para promover la armonía.

El proyecto pedagógico se complementa con una variedad de actividades y talleres que buscan el desarrollo integral del alumno. Entre ellos se encuentran yoga, jornadas de convivencia, proyectos ecológicos y solidarios, y talleres de literatura, música y arte. Este enfoque parece rendir frutos en el ámbito académico. La institución ha destacado en las pruebas Aprender, llegando a obtener el puntaje más alto de la región oeste en una edición anterior, con un 100% de sus estudiantes de secundaria alcanzando niveles satisfactorios en Lengua y un 87% en Matemática. Estos resultados sugieren que, al menos para un segmento del alumnado, el método no solo es efectivo en la formación del carácter, sino también en la preparación para futuros desafíos educativos.

La Preparación para el Futuro Educativo

La elección entre los distintos colegios es una decisión fundamental para las familias, y la Escuela Mahatma Gandhi ofrece una estructura educativa completa hasta la finalización de la etapa escolar obligatoria. Al llegar a las secundarias, los alumnos pueden optar por dos orientaciones: Bachiller con orientación en Ciencias Sociales y Humanidades. Esta definición del plan de estudios es crucial para los estudiantes que ya perfilan su camino hacia la educación superior. Los resultados en las pruebas estandarizadas y los proyectos de orientación vocacional que ofrece el colegio buscan cimentar una base sólida para aquellos que aspiran a ingresar en distintas universidades o centros de formación terciaria. De hecho, según datos de las mismas pruebas Aprender, una mayoría de sus egresados manifestaba su intención de continuar estudiando después de finalizar la secundaria, ya sea de forma exclusiva o combinándolo con el trabajo.

El Lado Crítico: Una Realidad Opuesta

En el otro extremo del espectro se encuentran testimonios que pintan un cuadro completamente diferente. Varias reseñas de ex-familias son contundentes y describen la experiencia como sumamente negativa. Una de las críticas más recurrentes es la percepción de un ambiente restrictivo, calificado por algunos como una forma de "tortura" donde no se permite a los niños "expresar ni crecer con libertad". Estos comentarios alegan que los valores de paz y amor que la escuela promueve no se aplican en la práctica, ni con los alumnos ni con las familias, llegando a calificar el trato como una "falta de respeto a la niñez".

Otra crítica severa apunta a la creación de lo que un padre denominó "una burbuja muy cerrada y poco empática". La sensación es que el colegio fomenta un entorno aislado que no prepara a los estudiantes para la diversidad del mundo real, generando una visión limitada y una falta de empatía hacia quienes tienen estilos de vida diferentes. A esto se suman acusaciones graves sobre las condiciones laborales del personal, con afirmaciones de "docentes maltratados" y "muchísimas quejas" internas, lo que, de ser cierto, contradiría frontalmente la filosofía de paz y rectitud que el colegio dice profesar. Estas opiniones son un llamado de atención para las familias que buscan un entorno educativo, sugiriendo que la rigidez del método puede no ser adecuada para todos los perfiles de niños o dinámicas familiares.

Análisis para Futuros Postulantes

La Escuela Mahatma Gandhi de Castelar es, sin duda, una institución que no deja indiferente. Su propuesta educativa, fuertemente anclada en una filosofía de valores humanos, exige un alto nivel de compromiso y alineación por parte de las familias. Quienes se sienten identificados con su método encuentran un espacio de contención, apoyo y excelencia académica. Sin embargo, las duras críticas exponen una posible cara oculta de rigidez e incoherencia entre el discurso y la práctica.

Para los padres que evalúan colegios en la zona, es fundamental comprender esta polarización. No se trata de un colegio convencional. La decisión de inscribir a un hijo aquí debe ir más allá de la cercanía o los resultados académicos. Requiere una investigación profunda, un diálogo honesto con la dirección sobre su metodología y, si es posible, conversar con familias que actualmente formen parte de la comunidad educativa. Es crucial determinar si la estructura pedagógica y los valores, tal como son implementados en el día a día, se alinean con las expectativas y las necesidades emocionales y de desarrollo del niño, especialmente pensando en su preparación para etapas futuras como las universidades o la vida profesional, donde la adaptabilidad y la empatía son herramientas clave.